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El Forum del Feeling: entre la felicidad de Ela O’Farrill y el adiós – Parte 2

A c l a r a c i ó n

Lo que sigue es el resultado de la investigación que realicé sobre este tema, intentando reconstruir y exponer las circunstancias que rodearon al Forum del Feeling y al caso Adios felicidad, eligiendo únicamente como fuentes la prensa de la época y algunos textos -como la intervención de Alejo Carpentier y la entrevista de Mayra A. Martínez a Ela O’Farrill- publicados años después de estos sucesos.

Por diversas razones no realicé, a estos efectos, entrevistas ni consultas productivas a participantes en el Forum del Feeling de 1963, pero esta ausencia es, precisamente, pretexto y necesidad para pedirles a ellos que se sientan libre de contribuir a este «dossier», compartiéndonos sus vivencias, informaciones y recuerdos, ya sea para apoyar, enriquecer o para refutar lo que aquí he escrito con el único propósito de evitar y conjurar la desmemoria y la reescritura interesada de la historia.

Rosa Marquetti Torres

La diatriba acusatoria

Desde mediados de 1962 Gaspar Jorge García Galló, reputado pedagogo y líder sindical, emprende una cruzada casi personal como adalid de la llamada “moral socialista”. La materializa a través de un ciclo de charlas y conferencias que impartía como parte de su labor sindical y que de inmediato publica en libros y folletos, gracias a su control sobre la imprenta de la Secretaría de Divulgación de la organización gremial que lideraba.

En uno de esos eventos, probablemente a finales de 1962, García Galló deslizó enfático su cuestionamiento sobre la canción Adiós felicidad, que ganaba terreno en la popularidad y que, según él, citado por la Dra. Graziella Pogolotti “no tenía cabida en el socialismo”. Al explicar el suceso como muestra de la volatilidad del ambiente de enfrentamiento por aquellos años dentro de las propias filas de los revolucionarios, Pogolotti explica que “…pocos tuvieron acceso al texto crítico, pero el comentario se divulgó de boca en boca.”[1] Como reguero de pólvora, el ataque contra el feeling activó las alarmas en el medio artístico e intelectual, y entre sus seguidores, estallando el escándalo y la polémica. Escándalo sí.

Al parecer, en los primeros meses de 1963, sale a la luz un pequeño libro, firmado por García Galló, bajo el título Nuestra moral socialista[2], con la transcripción de algunas de sus conferencias y discursos,[3] y en su introducción aclara: “Estas cuatro charlas se han ido ofreciendo en los distintos regionales del Sindicato. La primera de ellas dio origen a un intento de polémica por parte de los cultivadores del “feeling”. Nosotros hemos soslayado la polémica por dos razones:

1ª. No queremos que se utilice una cuestión seria y de principios para agitación propagandística.

2ª. En la charla correspondiente a la Educación Estética nos referiremos a la cuestión y la debatiremos.”[4] [subrayado de la autora].

Tal afirmación no es la única que confirma la existencia de otro folleto del mismo corte, donde García Galló debió incluír sus acusaciones sobre la canción de la O’Farrill. Sin embargo, en bibliotecas cubanas, ni en otros fondos referenciales de documentos y publicaciones de Cuba el folleto en cuestión no ha podido ser consultado y ha sido esquivo a esta investigación.

Según contó años más tarde la propia Ela, García Galló dijo que “debía escribirse poemas y componerse canciones que exaltaran la revolución cubana ‘y no penas falsas y fingidas, como una compositora que conocía quien había hecho una canción llamada ‘Adiós felicidad’, cuando había que decir que la felicidad había llegado’. O sea, él quería que todos fueran himnos patrióticos. Al comienzo no me enteré, pero aquello fue subiendo de tono, y algunas de mis amistades, de cuando ejercía el magisterio, me alertaron sobre aquel discurso, impreso para repartirse entre todo el gremio. Me lo mostraron y me advirtieron que se gestaba una mala intención hacia mí.” Ela no podía creer lo que estaba ocurriendo: esa persona que la increpaba“…había sido muy amigo de mi padre y mi familia, con su casa en Varadero construída al lado de la nuestra…”.[5]

Ela O’Farrill, en ese momento, no vivía de cantar, hay que decirlo: ella trabajaba como maestra, amaba el magisterio y combinaba esta pasión con la otra: la de componer y cantar. Como casi todos los de su generación, probablemente muy ilusionada, había participado en la Campaña de Alfabetización como brigadista Conrado Benítez. “Es decir, yo estaba integrada al proceso, y no entendía esa agresividad contra mi persona por una canción, y menos aún de un individuo tan cercano a la familia. Pero aquello agarró un auge enorme y empezaron a cancelarme contratos, a prohibir mis números, una situación terrible e inaudita en la cual me involucraron, en medio de un extremismo sin razón, lo cual hasta decirle a mi padre que si así se desarrollaba todo, no me quedaría en la isla por mucho tiempo.”[6]

¿Quién era García Galló?

El profesor Gaspar Jorge García Galló (Quivicán, 18 de enero de 1906 – La Habana, 4 de febrero de 1992), de ancestros libaneses, se había labrado un camino que debió suponerle un enorme esfuerzo, y que lo llevó de la pobreza en la que nació a las aulas universitarias y a encumbrarse en dos cátedras en ese nivel. Fue barbero, vendedor ambulante y tabaquero en la fábrica de tabacos H.Upmann, donde compartió el trabajo con estudios nocturnos hasta hacerse maestro y llegar a la universidad.o En la década de los 30 se graduó de Filosofía y Letras primero, y Pedagogía después en la Universidad de La Habana. A partir de 1952 es catedrático en la Universidad Central de las Villas. Llega a la década de los 60 siendo un reputado pedagogo de abultado curriculum profesional, con altos cargos en la estructura universitaria de dirección.[7] Representó a las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) – antecedente del PCC en elnpoder- en la dirección de la Campaña de Alfabetización, con una notable incidencia en la toma de decisiones y una gran exposición mediática. Vinculado al PSP, al momento del “caso Adiós felicidad” García Galló era secretario general del Sindicato de los Trabajadores de la Enseñanza. Ese mismo año 1963 pasó a dirigir el Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, y era uno de los nombres fuertes y más mediáticos en el ámbito educacional.

Llega 1963

No parece fortuito que el 26 de enero de 1963, el periódico Revolución publicara una entrevista al compositor y cantante César Portillo de la Luz bajo el título “Filin. Habla César Portillo de la Luz”, donde el autor de Contigo en la distancia, Noche cubana y Tú mi delirio aborda la historia y características del movimiento creativo, sus principales intérpretes y las influencias provenientes del jazz como uno de los bastiones más auténticos de los afroamericanos como expresión de arte popular y de sus ansias de justicia social. De este modo define César el vocablo:

Es la palabra que tiene como divisa un grupo de compositores e intérpretes para expresar una calidad de creación o interpretación propia”. Y agrega “Musicalmente hablando la palabra “feeling” -extraída del idioma inglés- es un recurso empleado en la escritura musical para indicarle al instrumentista (saxofonista, trompetista o pianista) que dentro de lo que está escrito en el pentagrama haga una versión a gusto o a placer como no es posible indicar mediante la escritura musical.”

Portillo es a la vez, uno de los grandes nombres fundadores del feeling y un convencido e inflexible defensor de la Revolución y sus postulados.

Pero los ataques al feeling no parecen cesar. En su edición del15 de marzo , la revista Cinema hacía su contribución a la candela esparcida: «En nuestros medios artísticos el feeling es ya una enfermedad. Música que se oye y no deja “huellas”, no… ¡No!»- azuzaban los de Cinema.

En los tres meses siguientes se precipitarán acontecimientos que dicen mucho del ambiente de crítica, descalificación y enfrentamiento. Un hecho en particular, de suma importancia por demás, muestra el clima de intolerancia frente a lo diferente que se vivía entonces: en la conmemoración el 13 de marzo del 6º. Aniversario del asalto al Palacio Presidencial por fuerzas del Directorio Estudiantil Universitario, en el discurso que pronunciara desde la Escalinata de la Universidad de La Habana, el Primer Ministro Fidel Castro dice:

Muchos de esos pepillos vagos, hijos de burgueses, andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos; algunos de ellos con una guitarrita en actitudes “elvispreslianas”, y que han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides por la libre…. Que no confundan la serenidad de la Revolución y la ecuanimidad de la Revolución con debilidades de la Revolución. Porque nuestra sociedad no puede darles cabida a esas degeneraciones (APLAUSOS). La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones. ¿Jovencitos aspirantes a eso? ¡No! “Arbol que creció torcido…”, ya el remedio no es tan fácil. No voy a decir que vayamos a aplicar medidas drásticas contra esos árboles torcidos, pero jovencitos aspirantes, ¡no! Hay unas cuantas teorías, yo no soy científico, no soy un técnico en esa materia (RISAS), pero sí observé siempre una cosa: que el campo no daba ese subproducto. Siempre observé eso, y siempre lo tengo muy presente. Estoy seguro de que independientemente de cualquier teoría y de las investigaciones de la medicina, entiendo que hay mucho de ambiente, mucho de ambiente y de reblandecimiento en ese problema. Pero todos son parientes: el lumpencito, el vago, el elvispresliano, el “pitusa””.[8]

Resonando todavía los ecos de este discurso, el escándalo acusatorio contra Ela O’Farrill y su canción desencadenó el inicio de una verdadera batalla que tuvo como actores a cierto sector de la prensa, músicos, cantantes e intelectuales, que reaccionaban al recrudecimiento de la intolerancia concretada en las acusaciones de García Galló dirigidas no solo a la O’Farrill, sino al todo el movimiento del feeling.. Como paradoja, ahora eran cuestionados muchos de los que apenas dos años antes mostraron una intransigencia que se volvió histórica contra colegas a quienes consideraban enemigos de clase. Algunos de los que ahora eran cuestionados, habían sido poco antes protagonistas de acusaciones contra Ernesto Lecuona y otros notables compositores en la asamblea de la Sociedad Nacional de Autores de Cuba.[9] Ahora otros tan intransigentes como ellos, y lo que es peor, algunos desde sus mismas filas, repetían el ataque, elevando el listón de la arbitrariedad.

Desde las instituciones, quienes controlan los hilos de la política cultural deciden actuar: la UNEAC resuelve convocar una serie de reuniones que terminarían por conocerse como el Forum del Feeling y su anuncio llega a la prensa.

Coincidentemente, el 6 de abril el diario Revolución, o al menos, el anónimo responsable de la página dedicada a los espectáculos, toma partido en la polémica con el artículo Fin de semana en La Habana… y con filin, donde con una mirada panorámica ofrece una prueba irrefutable del hondo calado del movimiento filinero en la vida musical de la capital cubana en ese momento y el número significativo de cantantes y músicos involucrados. La frase inicial del artículo alude a uno de los ejes de las polémicas culturales que se dirimían en los espacios políticos de la recién estrenada Cuba revolucionaria: la pertinencia de lo nuevo frente a lo viejo; de lo clásico frente a lo novedoso o renovado en contrapunteo con lo fijado por la tradición, la norma y el tiempo, y la asimilación de influencias externas:

“Lo nuevo nace del cansancio de las formas”. Esta frasecita que hace veinte, treinta, cuarenta años, era polémica, hoy no lo es. Hace treinta años o cuarenta años escribían en la revista Social que Mírame así, de Sánchez de Fuentes y Quiéreme mucho de Gonzalo Roig, eran “cancioncillas italianizantes, producto de las modas degeneradas de momento”. Hoy “Mírame así” y “Quiéreme mucho” forman parte del tesoro clásico-popular y a nadie espanta que la estética de sus autores pueda tener concomitancias con Leoncavallo o Giacomo Puccini. Es más, estos autores italianos que fueron “sacados a pasear” por los intransigentes de entonces, fueron melodistas indiscutibles.

Hoy, tampoco se discute eso, pero se discute otra cosa, se discute el filin. Se dice de él lo mismo que los empingorotados de hace treinta o cuarenta años decían de Fuentes y Roig. Hoy están en la picota Frank Domínguez, José Antonio [Méndez], [César] Portillo [de la Luz] y Ela O’Farrill. El destino es el mismo. El musicólogo de la revista “Social” tuvo una muerte plácida gracias a la penicilina (descubrimiento moderno), y mientras tuvo conciencia no exigió al médico de cabecera que le pusiera sanguijuelas o le diese ipecacuana. Aceptó la penicilina. Los que hoy atacan el filin tendrán una muerte igual… o parecida.”

Y para que no queden dudas, quiénes dónde y cómo están haciendo filin en esos mismos momentos en La Habana son señalados en detalle: Elena Burke está cantando en el Scherezada, mientras todos la escuchan absortos sentados en el piso, entre cojines y velos; Frank Domínguez al piano y Marta Justiniani, con su voz singular, desgranan las noches en el Imágenes, en Calzada y C; Meme Solís con su cuarteto –aún está Moraima Secada en él-, hace inolvidable el gran show del ahora Salón Rojo del hotel Capri, donde también canta, desinhibida como siempre, Maggie Prior. Los D’Enríquez, Elsa Balmaseda y César Portillo de la Luz, hacen su magia personal en El Gato Tuerto, en O entre 17 y 19, mientras Luis García da un toque diferente a las noches de Las Vegas, en Infanta y 25. José Antonio Méndez descarga en el lobby del hotel St. John’s, mientras Ela Calvo lo hace unos pisos más arriba, en el Pico Blanco.[10] Todas y todos tienen en sus repertorios las canciones de los compositores del filin y han abrazado el modo de cantar y decir desde lo íntimo, con el sentimiento a flor de piel, y de voz.

Filineros y directivos se reúnen

El Forum del Feeling comienza el domingo 7 de abril a las 2pm en –¡de nuevo!- la sala-teatro de la Biblioteca Nacional[11] y continuaría los domingos 7, 14, 21 y la cuarta y última sesión, el miércoles 23 del mismo mes de 1963, que consistió en un concierto en la sede de la UNEAC. El diario Revolución publica el anuncio la víspera, indicando que será presidido por Alejo Carpentier y que participarán los directores orquestales Félix Guerrero, Roberto Valdés Arnau y Adolfo Guzmán; los musicólogos y músicos Argeliers León y Odilio Urfé, el guitarrista y pedagogo Vicente González Rubiera “Guyún” y el compositor y guitarrista César Portillo de la Luz, único del movimiento del filin en la presidencia.

El diario Revolución dedica al día siguiente casi un cuarto de página a comentar el evento. Carpentier funge también como moderador y según la reseña, ese primer día intervienen los compositores Rosendo Ruiz Quevedo y Luis Yáñez, integrantes fundadores del movimiento del feeling, y este último, miembro del binomio autoral Yáñez y Gómez. A la fecha, Yáñez, de conocidos vínculos con el PSP y su ideario, es uno de los más activos en el grupo que conduce los destinos de la recién nacionalizada Panart.

La intervención inaugural de Carpentier

Desmontando las valoraciones extremistas e infundadas que desataron la tormenta, Alejo Carpentier inaugura el forum con un texto que permaneció inédito por décadas, hasta que fue publicado años después por la revista La Gaceta de Cuba. En un recuento histórico con énfasis en los procesos de enriquecimiento en la música popular cubana, el notable escritor y musicólogo hizo énfasis en uno de los elementos centrales de la polémica: las influencias foráneas, señalando:

“La música cubana varía de un año a otro, se enriquece, la música popular cubana de baile hoy no es la del año 20, ni la del año 30 o 40, es decir, hay aportación, hay invención, hay vida. Y que la música cubana haya sido influída por aportaciones extranjeras, no tiene nada de inquietante…[…] Si nos vamos al terreno de una musicología estricta y analizamos qué elementos integran el feeling, veremos que ninguno de los elementos que integran el feeling son enteramente nuevos. Son elementos que se han empleado en la música universal desde hace muchos años bajo distintos nombres. Hay cosas que se han llamado cuasi parlando, los alemanes han designado un hablar cantado. El feeling a primera vista lo que nos aporta es libertad e cuanto al tratamiento de las letras, que se dicen dentro de una gran libertad de ámbito en el acompañamiento”. En otro momento, Carpentier comenta: «Hoy se nos dice que el feeling trae una serie de influencias (…) La historia de la música cubana ha demostrado que siempre las influencias son vencidas por la profunda fuerza de la cubanía, por la vitalidad de nuestro acento y vitalidad de nuestros intérpretes (…) El feeling se ha estado envolviendo últimamente en una atmósfera críptica, misteriosa, de iniciados, de capillas, se habla de gente que se va a enfermar con el feeling (…) ¿no habrá reaparecido el personaje misterioso del picúo tras el feeling para desgracia del feeling?» [12]

Las reseñas de prensa sobre la primera sesión del Forum van igual en la línea de defensa del feeling: Roberto Valdés Arnau expuso que no podía considerarse el feeling una manifestación de decadencia, sino más bien “como una fuerza renovadora de mensaje más directo de expresión, de creación. La influencia de la música norteamericana en nuestro feeling es poderosa, pero buena.” Rosendo Ruiz Quevedo, que reconocía en sí mismo ideas de izquierda con tendencia maoísta, enfatizó el “sentido interpretativo de jóvenes revolucionarios que están viviendo una época de creación y renovación, como es la actual en Cuba”, mientras que Adolfo Guzmán y Luis Yáñez narraron anécdotas relacionadas con el surgimiento de este movimiento creativo en los días lejanos de la emisora Mil Diez.[13]

En la segunda sesión, intervienen como ponentes la cantante Doris de la Torre, los compositores Marta Valdés, Juan Blanco, Rafael Somavilla y el musicólogo Odilio Urfé. Participan también Elio Revé y el musicólogo Ezequiel Rodríguez, todos con denominadores comunes en sus exposiciones: la defensa del alto nivel de las obras creadas en el movimiento del feeling; el feeling como continuidad de la buena canción cubana antecedente, el reflejo de los sentimientos en las interpretaciones y el apoyo e integración a la naciente revolución cubana.

El periodista destaca la ponencia Notas a una tesis sobre el feeling, leída por Urfé, un recorrido histórico por la música popular cubana donde subrayó que cantar con sentimiento no era un estadío o estilo privativo del feeling, pues también muchos intérpretes de antaño cantaron con sentimiento, eso que antes podía llamarse emoción, con melodía o corazón. Reconoció a su vez la influencia del impresionismo en nuestros compositores y en nuestra música a través de la canción norteamericana, pero que todo movimiento progresivo lleva siempre, además de la inspiración propia, otros elementos ajenos o extraños, junto a los elementos técnicos de carácter universal puestos al servicio de la inspiración y el buen gusto.[14]

Según la citada reseña, Rafael Somavilla intentó no posicionarse en el diferendo O’Farrill–García Galló, “…diciendo que tanto el profesor García Galló como la compositora Ela O’Farrill eran buenos revolucionarios y que había que ver en las recomendaciones del primero al educador interesado en que la contrarrevolución no se aproveche hasta de las pequeñas cosas para usarlas como armas contra la Revolución. Dijo que a la polémica no debía dársele mayor importancia y que lo importante es que todos nos preocupemos por la Revolución y no contra la Revolución.[15]

La última ponencia estuvo a cargo de Juan Blanco, quien se refirió esencialmente al jazz y al tema de los llamados “enfermos” o «enfermitos».

Orlando Quiroga, desde su sección en la revista Bohemia, continuó su enardecida defensa al feeling y a Ela.

“La verdad siempre escoge la boca de alguien para estallar y esta vez escogió la de Ela”-afirmó en su breve texto Ela tiene feeling publicado el 19 de abril, para glosar lo más importante de lo ocurrido en la primera sesión del Forum. Sobre la acusación que involucra la canción con sentimientos mezquinos y deprimentes, escribió: “¡Qué lástima que Shakespeare no atendiera esto y se diera a la bobería de escribir la mezquina pasión de Romeo por Julieta! Ela, José Antonio, Portillo, son seres humanos: han amado, han estado solos, han vuelto a amar. Su deber como artistas es expresar esos sentimientos –que no son egoístas sino los de todo el mundo- porque lo contrario, o parte de ellos, sería traicionar el arte. Quien no ha sentido amor, nostalgia, celos y felicidad es quien está ‘enfermo’ y tiene que correr al siquiatra. El feeling es una cosa viva, no ‘enferma’…”.

En medio del Forum del Feeling, el 16 de abril, el periódico Revolución publicaba una breve nota anunciando que Adiós felicidad ya había sido grabada por la marca Panart Nacionalizada. “Desde hace un mes se le había puesto la música, y solamente faltaba la voz de Oscar Martin, que se encontraba afónico, y así quedó completa la grabación …”.

Ela y el Forum

En el Forum, según la prensa de entonces, la O’Farrill no eludió el enfrentamiento y habló allí en defensa de su obra: Orlando Quiroga, en su sección en la revista Bohemia, escribió:

“En el forum de la UNEAC sobre el feeling habló Ela O’Farrill. ¡Ah, qué bien! La Verdad [sic] siempre escoge la boca de alguien para estallar. Y esa tarde escogió la de Ela”, iniciando así su breve texto sobre la acusación contra la canción.[16]

El periódico Revolución menciona también la intervención de Ela. En el recuento sobre el primer día de sesiones, publica en su edición del 8 de abril, el artículo “ ‘Adios felicidad’. Ela O’Farrill hace aclaraciones”:

“Ela O’Farrill, conocida compositora e intérprete musical, acusó en la tarde de ayer durante el Forum sobre “feeling”, celebrado en la Biblioteca Nacional, al profesor Gaspar Jorge García Galló de asumir una actitud extremista respecto a ciertas composiciones musicales de autores cubanos actuales. Mostró O’Farrill al público allí reunido, así como a los panelistas, un folleto escrito por el doctor García Galló, donde éste la menciona y la critica duramente por haber titulado a dos de sus canciones “Adiós felicidad” y “Ya no puedo llorar”, mencionando en ese texto que ambos títulos pudieran ser utilizados por la “gusanera” para hacer campaña contrarrevolucionaria. Ela leyó los párrafos del folleto que la alude, donde García Galló exhorta a los compositores a manifestarse más revolucionariamente y “no dejarse llevar por el afán de cantar sus penas falsas o fingidas”.

“Continuando sus manifestaciones, señaló la compositora que otros compañeros suyos están tropezando con dificultades en las teleemisoras con sus interpretaciones, como ha sido el caso del cantante Bobby Jiménez, a quien en el Canal 4 se le prohibió que grabase una canción norteamericana.

“En la Editora Nacional –denunció Ela- se me dijo que tenía que cambiarle el título a “Adiós felicidad” para grabarlo.

“Ampliando sus declaraciones, dijo que en los días de la crisis del Caribe, al salir una madrugada del cabaret, se encontró al comandante Fidel Castro en las inmediaciones de la Rampa, charlando con un grupo de transeúntes, quienes le formulaban preguntas que él contestaba.

Ela le planteó a nuestro líder su caso respecto a las canciones citadas, preguntándole si un artista revolucionario podía componer o cantar composiciones que reflejasen su estado de ánimo.

“-Es una exageración oponerse a ello –fue la respuesta rotunda de Fidel-. Ustedes los autores están respaldados por la Revolución para crear sobre lo que les inspiren sus sentimientos. Eso es muy distinto a hacer contrarrevolución.”[17]

En la vida real la compositora no se había quedado tranquila ante el ataque extremista y su encuentro con Fidel Castro –quien entonces se prodigaba en sus contactos populares a pie de calle- no habría sido estrictamente casual, de acuerdo a otra prestigiosa fuente: según refiere la doctora Graziella Pogolotti en su texto, “la autora de la canción, Ela O’Farrill, recorrió la ciudad hasta encontrar a Fidel Castro en una esquina del Vedado. Interrogado al respecto, el jefe de la Revolución respondió divertido que los desengaños amorosos podían tener lugar en cualquier circunstancia.”[18]

La versión del diario Revolución sobre ese encuentro ponía en boca de Fidel Castro lo siguiente: “Es una exageración oponerse a ello. Ustedes los autores están respaldados por la Revolución para crear sobre lo que les inspiren sus sentimientos. Eso es muy distinto a hacer contrarrevolución.”[19] Y la versión que dio la propia Ela de la respuesta de Fidel Castro, una vez que escuchó la canción en voz de su autora, tiene otro final, más parco y lacónico: “ ‘No se preocupe, de su canción se van a grabar millones de discos y se va a seguir cantando…’ hasta ahí. Es decir, no había órdenes oficiales al respecto ni me detuvieron por eso, sino por extremismos en exceso por aquellos tiempos. Y tal vez fue algo profético, porque me han cantado hasta en China” –concluyó la O’Farrill.[20]

La tercera sesión del Forum del Feeling se efectuó el 21 de abril, dando paso al cierre del evento con un concierto que se concretó en junio con un cartel imbatible: Ignacio Villa «Bola de Nieve» con su piano, César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez, Frank Emilio Flynn y Enriqueta Almanza en el piano; Doris de la Torre y Elena Burke acompañada del guitarrista Froilán Amézaga. Algunas fuentes incluyen a Ela O’Farrill en la nómina de músicos y cantantes del feeling que cantaron aquel día, pero ella lo desmintió años más tarde: en la citada entrevista con la musicógrafa y periodista Mayra A. Martínez, Ela afirmaba: “…participé en un Foro del feeling invitada por Alejo Carpentier, que fue mi maestro, todo en medio de aquellos embates contra esta tendencia como extranjerizante, ajeno a lo cubano, con una serie de criterios absurdos. Incluso, durante el evento Roberto Fernández Retamar se me acercó y me pidió que me parara para contar lo que me había pasado con “Adios felicidad”, pero lo eludí, y no me atreví, no quería buscarme más problemas. Y no canté en ese foro, como se ha dicho.”[16]

El Forum terminó, además de con un legendario concierto, con una unánime condena a quienes atacaban al feeling y una defensa cerrada acerca de su pertinencia en el contexto cubano de aquellos primeros años de la Revolución. Pudo parecer suficiente, pero no lo fue. La carrera, y lo que es peor, la vida de Ela O’Farrill estará marcada para siempre por el incidente en torno a Adiós felicidad, su obra más popular y difundida a lo largo del tiempo.

(continuará)

Notas

[1] Pogolotti, Graziella: Polémicas culturales de los sesenta. Introducción Los polémicos sesenta. xvi y xvii. Editorial Letras Cubanas. La Habana, 2006.

[2] García Galló, Gaspar Jorge: Nuestra moral socialista. Secretaría de Divulgación. Consejo Provincial del Sindicato Nacional de Trabajadores de Educación y Cultura (SNTEC), 1963.

[3] Una segunda edición de este título será publicada en 1964 por la Editora Nacional de Cuba y la Editora del Ministerio de Educación.

[4] García Galló, Gaspar Jorge: Nuestra moral socialista. Secretaría de Divulgación. Consejo Provincial del Sindicato Nacional de Trabajadores de Educación y Cultura (SNTEC), 1963. Pag. 3.

[5] Martínez, Mayra A.: Cuba en voz y canto de mujer. Eriginal Books. USA. 2015. Pag. 155

[6] Idem.

[7] https://www.ecured.cu/Gaspar_Jorge_Garc%C3%ADa_Gall%C3%B3

[8] Tomado de: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1963/esp/f130363e.html

[9] Para ampliar sobre esto, véase: Fajardo Estrada, Ramón: Ernesto Lecuona. Cartas. Tomo II. Ediciones Boloña. La Habana. Cuba. Pp. 81-94

[10] Fin de semana en La Habana… y con filin. En diario Revolución. 6 de abril de 1963. Pag. 11

[11] En la sala-teatro de la Biblioteca Nacional José Martí transcurrieron las reuniones conocidas como Palabras a los intelectuales, donde participó Fidel Castro.

[12] Carpentier, Alejo: Introducción al feeling. Un inédito de Carpentier en defensa del feeling. En El Caimán Barbudo. Pag. 2

[13] Anónimo. La UNEAC. Iniciado el Forum sobre el “feeling”. En diario Revolución, 8 de abril de 1963.

[14] Anónimo. Forum sobre filin. Participaron en la sesión compositores e intérpretes. En diario Revolución. 15 de abril de 1963. Pag. 6

[15] Idem.

[16] Quiroga, Orlando: Ela tiene feeling. En sección De viernes a viernes. Revista Bohemia. 19.4.1963. P.60.

[17] “Adiós felicidad”. Ela O’Farrill hace aclaraciones. En diario Revolución. 8 de abril de 1963. Pag. 5. Como ya se dijo en el texto, en la citada entrevista con Mayra A. Martínez, Ela da a entender que no expuso su caso en el Forum, a pesar de la petición expresa que le hiciera Roberto Fernández Retamar, y afirma no haber cantado en el evento.

[18] Pogolotti, Graziella: Op. Cit. Pag. xvii.

[19] Adiós felicidad. Ela O’Farrill hace aclaraciones. En diario Revolución. 8 de abril de 1963. Pag. 5

[20] Martínez, Mayra A.: Cuba en voz y canto de mujer. Eriginal Books. USA. 2015.Pag. 156. USA.
[21] Martínez, Mayra A.: Op. cit. P. 155

Alquízar, Cuba. Soy una apasionada de la historia de la música y los músicos cubanos, de la memoria histórica y de asegurar su presencia historiográfica en las redes. Me gusta la investigación. Trabajo además en temas de propiedad intelectual y derechos de autor. Escucho toda la música... y adoro....la buena. Desmemoriados... es la interaccción. Todos los artículos son de mi autoría, pero de ustedes depende que sean enriquecidos.

2 Comentarios

  • Chico Alvarez Peraza

    Excelente secuela! Sabíamos que había mucho más sobre este asunto y Ud. Señora -por mediación de aquellos viejos archivos- nos ha dado un nuevo enfoque sobre los acontecimientos de aquella época, Detalles que sin lugar a dudas, son dignos de comentar. Gracias!

  • Paulo Simeón

    Rosa siempre impresiona! Si una persona es necesaria para salvaguardar la verdad sobre la música cubana es ella. Que lastima lo qué pasó en nuestro país a partir del 1959.

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