Marion Sunshine, la mujer tras el éxito mundial de El Manisero
Por Rosa Marquetti Torres
Lógico es que así fuera: detrás –o delante- de una gran historia de éxito masculino, siempre hay una mujer, más o menos polémica, eso sí, casi nunca plana o aburrida. Y sea por las razones que fueren, no es muy conocido que el nombre de Marion Sunshine está ligado de manera formal e importante a la historia de un gran clásico cubano, una de las canciones cubanas más versionadas de todos los tiempos, y a su gran boom en Estados Unidos y Europa: el pregón El Manisero, creado por el compositor cubano Moisés Simons (La Habana, 24 de agosto de 1889-Madrid, 24 de junio de 1945).
El nombre de la Sunshine comienza a sonar mucho antes de que Simons escribiera su célebre pregón y adquiere un vínculo legítimo con la historia de El Manisero cuando aparece en su vida Eusebio Santiago Azpiazu Pradera, un personaje singular, de vida casi novelesca, que para entrar al mundo de la música se haría llamar Mario Antobal, simplificado después como Antobal. La Sunshine no era en realidad la Sunshine: su verdadero nombre era Mary Tunstall Ijames y había nacido en Louisville, Kentucky, el 15 de mayo de 1894, en una familia donde la madre era irlandesa –Mary E. Hennessy- , y según algunas fuentes, el padre, español (aunque nombres y apellido –Edward Henry Ijames- no parecen justificar esta afirmación). El matrimonio tuvo cuatro hijos; las tres chicas asistían a la escuela del Convento Católico Irlandés y muy temprano dejan bien claro que lo suyo iba a ser el escenario.
El vaudeville transformista de las hermanas Ijames
Las hermanas Ijames jugaba a ser cantantes y actrices, haciendo representaciones familiares y en algún que otro escenario local, pero sin dudas, las que despuntan con más fuerza son Florenze y Mary. La muerte del padre lleva a la familia a una precaria situación que aguza la creatividad de las hermanas: encontrarán en el escenario la posibilidad de hacer lo que les gusta y conseguir algunos ingresos. De administrar el talento infantil se encarga June, la hermana mayor, que deja en la prensa el testimonio del talento natural y evidente de Mary (Marion), la menor. A Florenze sus hermanos le llamaban Tempest (Tempestad) por su temperamento fuerte y voluntarioso que, según la prensa, la llevó a más de un problema con la policía.[1]
La historia de las adolescentes hermanas Ijames no tendría mayor trascendencia si no fuera por lo que tuvo de rupturista y emancipada: el dúo Tempest and Sunshine –como Florenze y Marion se bautizaron a sí mismas- fue uno de los primeros en Estados Unidos en presentar actos de travestismo masculino en revistas de vaudeville. Probablemente en el hogar de los Ijames prevalecía un ambiente desinhibido y menos restrictivo lo que, sumado al hecho de que al único hermano varón no le interesaban las representaciones teatrales, propició que una idea como ésta surgiera y fuera concretada por las dos adolescentes. “Nacimos en Louisville –contó Florenze Tempest- y recuerdo que fue en el Avenue Theater cuando aún íbamos a la escuela. Fue en un festival de la iglesia, en horario de matineé. De pronto olvidé la parte de mi libreto y Marion estalló riéndose de mí. En aquel pequeño escenario, reaccioné de manera furiosa, y después que terminamos nuestro acto, el viejo y amable pastor nos dijo: ‘Chicas, si alguna vez van al escenario, les sugiero que se llamen Tempestad y Sol, porque ustedes son exactamente eso’. Así que, cuando Lincoln J. Carter nos contrató para la pieza “The Two Little Waifs”, nos convertimos en Florenze Tempest y Marion Sunshine. Siempre hice el papel del muchacho, mientras Marion era mi novia.»[2] Sin dudas, el pastor hacía una analogía con el título de la novela Tempest and Sunshine: a life in Kentucky, de Mary J. Holmes, publicada en 1854 y muy popular desde entonces.[3]
Las fotos que han sobrevivido muestran a Florenze-Tempest vestida de chico, junto a una Marion aparentemente inocente e ilusionada (Foto tomada de https://www.femmecentric.com/trans-sister-sisters-tempest-sunshine)
El dúo alcanza gran éxito en sus representaciones y dirige las miradas hacia las hermanas Ijames, a las que no les queda otra que mudarse a Nueva York en busca de mejores oportunidades. Florenze Tempest tendrá una carrera destacada, que se interrumpe por un breve matrimonio, mientras que Marion, desinhibida y juvenil con 18 años, da un salto de calidad al entrar en la compañía de Gertrude Hoffman para interpretar a Isabel de Montelair, una ingenua muchacha en la pieza De Broadway a París, con la que se presenta en Nueva York y otras ciudades, según informaba el diario The Boston Globe, de Massachusetts el 3 de noviembre de 1912.[4] Tres meses después los titulares de las páginas de espectáculo señalaban a Marion Sunshine como la gran revelación en la compañía de la Hoffman en la larga temporada que realiza en el Winter Garden de Nueva York. En agosto de 1913 copa titulares como una de las figuras centrales del espectáculo de Blanche Ring, junto a su partenaire Harry Connor y al año siguiente su protagonismo junto a Raymond Hitchkock en la revista The Beauty Shop también recibe gran destaque en San Francisco, Nueva York y otras ciudades. Entre 1908 y 1916, Marion Sunshine aparece en 26 películas -entonces la mayoría eran cortos y mediometrajes-, en muchas de ellas actuando junto a su hermana Florence Tempest y también con figuras muy prominentes de la época, como Mary Pickford.
El documental «The Trans-Sister Sisters: Tempest and Sunshine», del realizador David The Bruce, sobre los inicios de Marion Sunshine y su hermana Florenze Tempest en el vaudeville transformista.
Una consulta a la base de datos de Broadway confirma el debut de Marion Sunshine en los legendarios Ziegfeld Follies de 1907, con apenas 13 años, en la revista A Belle of the Beach, que subió a escena del 8 de julio al 10 de noviembre de ese año en los teatros Jardin de París, Liberty Theater y Grand Opera House. En el elenco figuraba también su hermana Florenze Tempest. Ziegfeld Follies fue una serie de revistas musicales de Broadway inspirados en los famosos Folies Bergère de París y uno de los más recordados espectáculos de vaudeville del siglo XX, concebido y por Florenz Ziegfeld Jr.[5] Al año siguiente ocurre la primera aparición de Marion Sunshine en el cine, en el corto The Tavern Keeper’s Daughter, año en el que actúa en otros dos filmes: The Red Girl y Mr. Jones at the Ball.[6] En 1915 participa junto a Tempest en varios musicales, incluídos Stop! Look! Listen!, del afamado Irving Berlin, en la escena del teatro Forrest.[7]
El primer Ziegfield’s Follies (1907). (Foto tomada de https://www.femmecentric.com/trans-sister-sisters-tempest-sunshine)
Eusebio Azpiazu (el futuro Antobal), La Chambelona y los vaivenes politiqueros
Era ya famosilla Marion Sunshine cuando dos hermanos cubanos, Eusebio Santiago y Justo Ángel Azpiazu Pradera, siendo aún adolescentes llegan a Estados Unidos en viaje de estudios. Pertenecen a una solvente familia; su padre Santiago Azpiazu Bouffartique se había casado con Waldina Pradera Mederos, una muchacha de abolengo y notable apellido, y se afincó en la zona del recordado central Chaparra, una de las más grandes y productivas fábricas de azúcar de la Isla.
No había otro rastro musical en la familia Azpiazu que no fuera el del bisabuelo pianista Santiago Azpiazu y Sagasta y del abuelo Eusebio Azpiazu, organista y pianista nacido en Oiartzun, Guipuzcoa, en el País Vasco en diciembre de 1817. Estos datos son aportados por el investigador Miren Izagirre Etxebeste, quien afirma sobre el abuelo Eusebio que “… se traslada a Cuba en 1847, residiendo primero en Cienfuegos, donde logra en 1856 la plaza de organista de la iglesia parroquial de la ciudad. Al poco tiempo, hacia 1857 obtiene el cargo de organista del convento de San Agustín de La Habana y se traslada a la capital cubana, donde trabaja además como profesor de piano y parece que compone algunas obras.”[8]
En 1912, con 21 años, el joven Eusebio ya se había matrimoniado con Fausta García, de igual edad, con la que pronto tendría tres hijos. En esos momentos era un simple empleado y nada hacía prever que su destino de cienfueguero descendiente de vascos se cruzaría con el de la talentosa y desprejuiciada Marion Sunshine, aunque parece ser que ya destacaba como tipo listo y emprendedor. Ese mismo año, en elecciones generales el 1 de noviembre de 1912 Mario García Menocal, Mayor General del Ejército Libertador en la guerra de Cuba contra la España colonial y flamante dueño del central Chaparra, es elegido Presidente de la República en su primer mandato hasta 1916. Eusebio Santiago se había enrolado en las huestes de correligionarios que apoyaban la candidatura de Menocal, que, en cruenta contienda electoral frente al Partido Liberal –conocida por muchos como la guerrita de La chambelona- sería reelecto para un segundo período hasta 1920. Eusebio Santiago Azpiazu es recompensado con un alto cargo y también altos ingresos, y a juzgar por las evidencias, se convierte en Secretario Privado del Presidente Menocal con mayor incidencia pública en su segundo mandato, y como tal se identifica en los documentos migratorios fechados a partir de 1916.
La prensa norteamericana de la época amplifica durante 1917 al menos tres situaciones en las que aparece el nombre de Eusebio S. Azpiazu como flamante Secretario Privado del Presidente de la República de Cuba: como vector de tranquilidad para empresarios y acreedores norteamericanos frente a los disturbios que están ocurriendo en Cuba y que ponen en peligro la estabilidad del gobierno de Menocal; la declaración del gobierno cubano como aliado de Estados Unidos en el conflicto bélico y la noticia del gobierno cubano garantizando la cosecha azucarera de la Isla y los suministros necesarios a los Estados Unidos.[9] Bajo su firma como Secretario del Presidente, el diario newyorkino The Sun publica el artículo Cuba en la guerra abre camino a los estados latinoamericanos, donde Eusebio Azpiazu –aún no es Antobal- deja bien claro en el subtítulo que han sido la gratitud al gobierno norteamericano y el miedo real ante el futuro de la democracia lo que motivó que Cuba alineara junto al país del Norte frente a la Alemania militarista.[10] Se convierte así en el vocero de las decisiones que Menocal va tomando para dejar bien claro que Cuba toma parte en la guerra: muchos periódicos norteamericanos se hacen eco del anuncio que hace el inefable Secretario Privado del Presidente sobre la formación de un escuadrón aéreo con pilotos entrenados por el Teniente Terry, un cubano veterano del ejército francés. Es el elemento central de las declaraciones que hace a su arribo a Nueva York el 13 de julio de 1918 en funciones oficiales.[11]
Eusebio Santiago Azpiazu y Pradera,»Antobal» en 1935
No había terminado aún el segundo mandato de Menocal y algo ocurrió entre él y Eusebio Azpiazu, lo que motiva, al parecer, el cese de éste en su cargo oficial en el entorno inmediato del Presidente. El musicógrafo y discógrafo Cristóbal Díaz Ayala también sopesa esta hipotésis. Lo cierto es que, Eusebio Santiago Azpiazu aparece en la lista de pasajeros del vapor Mascotte zarpando de La Habana el 26 de julio de 1919 hacia Nueva York, en un viaje de presurosos preparativos con visos de estampida ante un peligro, y sin regreso inmediato previsible, pues lo hace con su esposa Fausta, sus tres hijos muy pequeños María Luisa, Fausta y Santiago, de apenas 1 mes de nacido, y tres empleadas domésticas españolas.
Lo que ocurrió 5 años después con Eusebio/Antobal no parece haber sido la causa de aquella estampida, pero provocaría un verdadero cisma entre él y su jefe Mario García Menocal, cuando el entonces ya ex–presidente cubano interpuso denuncia contra su ex –secretario personal ante la Corte Suprema de los Estados Unidos. Así lo revelaba The New York Times en su edición del 29 de junio de 1924: “Ayer el General Mario G. Menocal, ex Presidente de Cuba presentó documentos ante la Corte Suprema contra su ex secretario privado, Eusebio S. Azpiazu, para recuperar 245.932 dólares, valor perteneciente a su empleador que, alega, Azpiazu desvió para su uso personal, según escribió el propio Azpiazu en carta de confesión al Presidente Menocal.” Menocal –que se personó en Nueva York a tales efectos- consiguió una orden para embargar los fondos bancarios de Eusebio S. Azpiazu, que, en declaraciones del abogado del expresidente, eran inexistentes al encontrarse prácticamente vacías las cuentas. Al parecer Antobal administraba cuentas y negocios de Menocal en Estados Unidos, ligados a la industria azucarera. The New York Times reproduce fragmentos traducidos al inglés de la carta de Eusebio S. Azpiazu –el futuro Antobal- a su antiguo jefe, en los que expone los avatares que, según él, le condujeron a esa situación ante la brusca caída de los precios del azúcar en el mercado internacional. También le explica que barajó el suicidio como única salida honorable a la situación en que se encontraba ante la pérdida.[12] No se han encontrado sucesivas noticias sobre el desenlace de este hecho.
Entra en escena Justo Ángel Azpiazu, el Don.
Mientras estuvo inmerso en los trajines del poder político, Eusebio supo beneficiar también a su hermano Justo Ángel, a quien nombra Cónsul cubano en Guatemala, cargo que le llega tarde y no alcanza a ejercer, porque se lo impide el golpe de estado que depuso al entonces presidente Carlos Herrera Luna. Justo Ángel se ha casado con Cuba Alemán -hija de un general de la Guerra de Independencia, como Menocal- y tiene con ella dos hijos –Justo y –Raúl. Había sido catedrático en la Escuela de Comercio –según el Diario de la Marina- y aparece después vinculado a la Cuban Telephone Company en Cuba, pero no se sabe qué provocó el cambio repentino en el rumbo del menor de los Azpiazu, pues, a pesar de sus escasos conocimientos musicales, de pronto Justo Ángel se planta delante de la orquesta que recién acaba de armar, y comienza a presentarse en el hotel Almendares, uno de los más selectos y frecuentados por el turismo norteamericano (en él se hospedó George Gershwin en su visita a La Habana en 1930). El ascenso en el ámbito musical habanero fue vertiginoso: en 1928 ya Justo Azpiazu y su orquesta alternaban en los mejores lugares del momento: en el Casino Nacional con la orquesta neoyorkina de George Olsen, y en el Jockey Club con su orquesta tipo jazz band.
Resulta imposible no pensar en que ésta Marion pudo ser la Sunshine, pero no hay pruebas de que lo sea. La orquesta de Justo Azpiazu en el Casino Nacional, La Habana Cuba. (Anuncio publicado en el Dario de la Marina en 1928).
A inicios de la década de los veinte, cuando Eusebio Santiago Azpiazu gastaba sus días en Estados Unidos como empresario y cabeza de familia numerosa, debió conocer a Marion Sunshine, que continuaba presentándose con éxito en revistas de vaudeville de Broadway. En 1921 la inquieta cantante, bailarina y actriz, que ya había tanteado el terreno de la composición, escribe la letra de algunas canciones para la revista musical Tip Top, donde actúa, en el Globe Theater. Al año siguiente actúa en las revistas The Blue Kitten en el papel de Cri-Cri, y en Daffy Dill, en el rol de Estelle. Parece que fue por estos días en que ella y el cubano se aproximan y se enamoran. En esta hipótesis, un hecho resulta revelador para ubicar este encuentro durante el primer trienio de esa década: los archivos del sello Brunswick dan fe de un contacto muy anterior entre Marion Sunshine y Justo Ángel Don Azpiazu, casi cuando éste comenzaba su andadura con la orquesta Havana Casino, pues según sus datos, el 3 de julio de 1923 el comediante afronorteamericano James Carl “Hamtree” Harrington, famoso en el llamado black vaudeville, habría grabado el tema Voodoo, de la autoría del cubano, con letra en inglés de la Sunshine, y publicado en el disco Brunswick 2465.[13] Por estos años, y en increíble coincidencia de aproximación a lo latino, Marion se hacía llamar también “La Dama Mamba”.
Marion Sunshine en los años 20. (Foto: University of Washington)
Según la herramienta documental Internet Broadway Data Base, la huella de la actriz Marion Sunshine en Broadway llega hasta enero de 1926 cuando interpreta a Honey Johnson en la pieza Captain Jinks en el Martin Beck Theater. Llega la gran depresión de 1929 y afecta a todos, incluído el show-bussiness, y muy sensiblemente las finanzas de Eusebio Azpiazu, que lo perdió todo menos el apoyo y la lealtad de su novia Marion Sunshine: se casan el 3 de diciembre de 1930, en Syracuse, Nueva York. Según narró Raúl Azpiazu (hijo de Justo) al Dr. Cristóbal Díaz Ayala, los recién casados parten a La Habana en viaje de luna de miel. Allí su recién estrenado esposo lleva a Marion a presenciar una actuación de la Havana Casino dirigida por su cuñado: Justo Ángel. La Sunshine se fascina con la novedad, y con su olfato entrenadísimo por tantos años en el mundo del vaudeville y sus entresijos comerciales, de inmediato ve que la orquesta tiene posibilidades de abrirse camino en Estados Unidos. Así lo cuenta Díaz Ayala: “… Marion comprendió que Don tenía una magnífica orquesta, que tocaba arreglos atractivos para los norteamericanos, y que pudiera ser un éxito en Nueva York. Más tarde cuando las finanzas de Antobal se habían disminuido, decidieron probar suerte en Broadway, con Antobal como manager de Don. Hasta ese momento, Azpiazu se conocía como “Azpiazu y su orquesta Havana Casino». Es Marion quien crea lo de “Don”.”[14]
Nueva York y el éxito total de El Manisero
Marion debió ser muy convincente al exponer sus ideas y muy eficiente en sus gestiones en Nueva York, pues Don Azpiazu con su orquesta Havana Casino (la orquesta del Casino de La Habana) llegan a USA el 13 de abril de 1930, para iniciar una gira en el circuito de R.K.O., y debuta en el teatro Palace de la Gran Manzana, según informaba el Daily News.[15] Don Azpiazu y los músicos de la orquesta Havana Casino había salido de La Habana a bordo del vapor Pastores, según indica la lista de pasajeros a bordo. [16]En realidad, había sido Marion quien se las había agenciado para encontrar fechas disponibles y un contrato aceptable para la banda. Se las tiene que ver con uno de la dirección del teatro, un tal Joseph Kennedy, cuyo hijo John Fitzgerald sería décadas después Presidente de los Estados Unidos.[17] Marion se involucra en el diseño del vestuario y la puesta en escena para que, al levantarse el telón, lo que se viera fuera algo impactante, y para ello su percepción y conocimiento práctico de la sicología de cierto espectador norteamericano, fueron decisivos.
La orquesta con la que originalmente trabaja Azpiazu en los Estados Unidos, tiene entre sus músicos al trompetista Remberto Lara. Antonio Machín es el cantante principal y con Daniel Sánchez tocan las maracas y las claves. Alfredo Brito, saxofonista, hace el arreglo original de El Manisero para la orquesta. Otros músicos fueron, Tirso Sáenz y Manuel Godínez. Llevaron una pareja de bailes: Garrido y Chelín (Alberto Garrido y Araceli Beltrán). Según lista de pasajeros, habían salido de La Habana el 10 de abril de 1930 en el vapor Pastores, sin que hayan podido ser identificados otros integrantes.
Con Machín montan el espectáculo “Fiesta en el ingenio”, donde se recrea el ambiente de la zafra y el central azucarero y suman el baile de Garrido y Chelín. En junio se presentan en el teatro Albee compartiendo escena con otros artistas de la R.K.O., como Johnny Burke, Gloria Foy, Clifford Wayne, entre otros. El columnista del diario The Brooklyn Daily Eagle señala que la orquesta de Don Azpiazu “… ha mostrado en la escena del Albee aquello que la describe como una de las mejores formaciones en América.”[18]
Corto filmado en los Estudios Astoria de Nueva York en 1930. Antonio Machín y la Orquesta de Don Azpiazu. Algo así debió ser el espectáculo «Fiesta en el ingenio».
El éxito es arrollador y Marion Sunshine vuelve a emplearse a fondo, en perfecta mancuerna con su marido Antobal: en este viaje la Victor graba los primeros registros de Don Azpiazu y su orquesta Havana Casino, en tres sesiones: The Peanut Vendor (El manisero) se graba el 13 de mayo en el estudio Victor de la calle 46 en Nueva York, junto Lamento africano o El Cafetal (traducido como Song of the Slave (Ernesto Lecuona y Gustavo Sánchez Galarraga). El trompetista en esta grabación es Remberto Lara. En la segunda sesión, el 15 de mayo graban My Guitar and You y el fox-trot Be Carefull with Those Eyes, de Harry Woods con arreglos del cubano Alfredo Brito, que entonces integraba la orquesta de Azpiazu. Con rapidez, a inicios de julio está a la venta el disco Victor V-22441 con estos últimos temas.[19] El 2 de julio entran por tercera vez a grabar, ahora en el estudio Victor de la calle 24 y registran True Love (Amor sincero), un son de Eliseo Grenet, que saldrán junto a El Manisero en el disco V-22483. Según los datos que obran en los archivos del sello Victor, otros dos temas se grabaron en la sesión de julio, pero quedaron inéditos al no ser publicados en discos: Mama Inés y Danzón Rumba, con la participación vocal de Antonio Machín y Daniel Sánchez. Al momento de esas grabaciones, la orquesta de Don Azpiazu estaba formada por un violín, un contrabajo, 2 saxofones, 2 trompetas, guitarra, piano, maracas y claves.[20]
Don Azpiazu y su orquesta se presentan también en Cincinnati, donde el crítico del periódico local expone lo que vio en el debut de la agrupación: “…ofrece música americana orquestada usando peculiares instrumentos de Cuba, interpreta canciones nativas cubanas y una demostración de “rumba” un baile nativo cubano…” y asegura que la orquesta habrá de permanecer en Estados Unidos solo varios meses. [21] Actúan además en Chicago, en el Kenmore Theatre de New York. El saldo de este primer contacto con el público norteamericano no puede ser más favorable: Don Azpiazu con su cantante Antonio Machín son los responsables de la locura de la rhumba que se ha desatado en el país norteño. Pero no es rumba auténtica: es son cubano. No hay modo de que los norteamericanos establezcan las diferencias reales y la palabra rhumba identificará todo lo que venga de Cuba. Los discos vuelan con rapidez de las tiendas y El Manisero se convierte en el primer éxito de ventas millonarias en la historia de la música latina.
Regresan a La Habana para cumplir su contrato durante la temporada invernal en el Casino de La Habana. El 4 de marzo de 1931, casi en vísperas del segundo viaje a Nueva York, la Victor graba a Don Azpiazu y la Havana Casino con el cantante norteamericano George Owen en los temas Lamento africano, en el que aparecen como autores Ernesto Lecuona y The Voodoo (Don Azpiazu)(Victor 22657) . Es en estas grabaciones donde por primera vez Marion Sunshine aparece oficialmente como letrista en grabaciones de Don y su Havana Casino, realizando, obviamente, la traducción de los textos originales. En los archivos de la casa disquera, se consigna que estas grabaciones se realizaron en el Cabaret Armenonville, en La Habana.[22]
Un mes después, vuelven a Estados Unidos contratados nuevamente por el circuito de R.K.O. El regreso de Don Azpiazu y la Havana Casino Orchestra es anunciado ampliamente en varios medios y en particular, por el columnista Rian James que hace recuento de los éxitos de Azpiazu y El Manisero en su anterior temporada en el Palace de Manhattan, también de la mano de R.K.O. y destaca su llegada en el vapor Orizaba para debutar el 4 de abril en un escenario que ya conoce: el teatro Albee. Además del clásico de Moisés Simons, James destaca en el repertorio de los cubanos Ay Mamá Inés y Lamento Africano.[23]
La Sunshine aparece también como letrista en las grabaciones que realizan en Nueva York el 4 de junio de 1931, y probablemente es Marion quien los dota de títulos en inglés: Wanna lot o’love es La ruñidera (Alejandro Rodríguez) Green Eyes es Aquellos ojos verdes (Nilo Menéndez), ahora con el cantante Chick Bullock. Lo mismo ocurre en las dos grabaciones que hace Don Azpiazu el 23 de septiembre del mismo año en Nueva York y con Bob Burk como vocalista: A penny for your thoughts (En qué estarás pensado, Cuevas-Timor) y Marianna The peanut vendor’s daughter (Mariana, la hija del manisero, Melan González). Este último tema, sucedáneo del original de Moisés Simons, pudo sido el origen del nombre que adoptó la bailarina Alicia Parlá cuando se incorpora a la orquesta de Azpiazu, mostrando a los de aquellos parajes cómo se bailaba la rumba… ¡según ella!
La Sunshine y El Manisero
La prensa norteamericana dirige el interés hacia los instrumentos “raros” en la orquesta de Azpiazu: las maracas, las claves, el bongó. Si bien estos instrumentos han estado antes presentes en las grabaciones realizadas en USA por los sextetos y septetos de sones, y también en sus eventuales presentaciones, ciertamente parece ser que nunca antes habían sido vistos en los escenarios del teatro musical en Norteamérica, y concretamente en Broadway. La víspera de su debut, el Daily News y otros medios de prensa insertan el anuncio del cartel que ofrecerá el Albee Theater como el mayor espectáculo en un escenario de Brooklyn. Don Azpiazu y la Havana Casino centran el elenco y son presentados como “The Cuban Influence on American Jazz”. Actúan también como la otra vez, en el R.K.O. Palace. Aquí nada se habla ya de Antonio Machín, pero sí de una conocida: la inefable Marion Sunshine, quien, se anuncia, hará ella misma de la peanut vendor, es decir, la lista rubia será … ¡La Manisera!.[24]
Pero, en honor a la verdad, la linda Sunshine se había ganado el derecho no a desplazar de la escena a quien con su voz había llevado El Manisero a ser el hit en que se convirtió en 1930 en Estados Unidos, sino a figurar de manera notable en alguna parte visible de esta historia. Con Eusebio, ya convertido en Mario Antobal, como manager y Marion Sunshine como cerebro negociador y promotor, se cierra el círculo del negocio familiar que impulsa la carrera de Don Azpiazu y su orquesta en Estados Unidos y de inmediato, la mira se pone en Europa.
Portada de la partitura de El Manisero con letra en inglés de Marion Sunshine (en la foto)
La unión Antobal-Sunshine tendrá un valor añadido muy perdurable, pues ambos desarrollarán un negocio editorial de mucho éxito, con la música cubana como materia prima. En medio de todo esto, Marion comprende que les irá mucho mejor si los norteamericanos además de disfrutar la música, pueden comprender de qué va la letra de las canciones. Ya tenía alguna experiencia en esto de escribir letras para canciones: en 1914 colabora con el compositor Henry I. Marshall en el tema Mary, you’re a little bit old fashioned, grabada cerca de 1914 por el tenor Walter Van Brunt, y años más tarde, en Baby Sister Blues, grabada en 1924 por las MacDowell Sisters.
Y en el caso de El Manisero decide traducirlo o más, bien, escribir una letra en inglés para acompañar a la música. Con la anuencia de su autor Moisés Simons, valida este acto y enseguida se le reconoce legalmente como letrista para la versión en inglés del famoso pregón: The California Ramblers, el grupo de jazz donde estuvo Tommy Dorsey, graba su versión de El Manisero el 2 de diciembre de 1930, a casi 7 meses de la grabación original de Machín con Azpiazu, y pocos días después el 23 de diciembre, Louis Armstrong dirigiendo la Sebastian New Cotton Club Orchestra hace lo mismo con el tema ahora conocido como The Peanut Vendor, y en los registros de la Victor ya aparece Marion Sunshine en ambos casos como letrista de esta obra.[25]
A partir de aquí, además de componer sus propias obras musicales, Marion Sunshine desarrolla un floreciente negocio vinculada a editoras y discográficas, al hacer lo mismo con gran número de piezas musicales que, con esto, ven aumentadas sus posibilidades de difusión comercial y aceptación por el público norteamericano. De ser una cara bonita, una voz grata y una actriz de grandes titulares, Marion Sunshine tuvo la inteligencia suficiente para volcar su sensibilidad en la composición musical y para ver el filón comercial que propiciaba la incomunicación idiomática.
A Montecarlo, París y Londres
Durante 1931 y 1932 Don Azpiazu y su orquesta mantiene su plaza fija en los bailables del Casino Nacional y el Jockey Club, donde el público asistente dista muchísimo de ser popular: son lugares de alto standing donde se concentra la clase adinerada criolla y los muchos turistas y empresarios norteamericanos que frecuentan la capital cubana. El Diario de la Marina recoge otras actuaciones de Don Azpiazu, su orquesta y la bailarina Mariana en el Teatro Fausto. En el Casino Nacional alterna con bandas norteamericanas como las de Earl Carpenter, Jerry Freeman.
Azpiazu y su orquesta trabajan hasta el último momento, pues el día 12 actúa en el teatro Campoamor, mientras que el Diario de la Marina, en su edición del 8 de junio de 1932, anuncia el inminente viaje de Don Azpiazu and His Rhythms –tal es el nombre de la orquesta ahora-, una semana después, el 16 de junio para actuar en el Gran Casino de Montecarlo. Dos días después, el periódico volvía a anunciar la partida de Azpiazu con sus diez músicos. A bordo del vapor Calamares con destino Nueva York viajan: Julio Cueva (primera trompeta), Álvaro de la Torre (bongó), Francisco “Paco” González (saxofón y clarinete), José Yordi, Pedro Guida (saxofón y clarinete), Teodoro Henríquez, Emilio Hospital, Lázaro Quintero Morejón (piano, saxofón y clarinete), José “Chiquito” Socarrás y Pedro Tellería (banjo).[26] El investigador francés Alain Boulanger, al enumerar los músicos de Azpiazu que llegaron a Francia omite los nombres de José Yordi y Pedro Guida. En Nueva York permanecerían actuando unos días antes de embarcar el 1 de julio en el paquebote Ile-de-France con rumbo a Montecarlo.
La temporada en el Gran Casino de Montecarlo se vislumbra prometedora, transcurre a partir del 1 de julio de 1932 y está prevista para dos semanas[27], pero Don Azpiazu no desatiende los vínculos ya creados en Estados Unidos, y lo “sembrado” allí con el boom de El Manisero, pues el 14 de agosto el diario The Brownsville Herald (Texas) y más de 30 periódicos locales publican una nota que el cubano envía desde allá, pidiéndole que alerte a los norteamericanos de la nueva locura musical, de la que, por supuesto, él es el portador: “El nuevo ritmo es un cruce entre el fox-trot y el tango. Es la música más extraordinaria en la que han estado envueltos los músicos de las repúblicas latinoamericanas. Va a revitalizar el baile de un modo nunca visto hasta hoy, desde que el fox-trot nos rescató del terrible hop.”[28]
No sé ustedes, pero, ¡a mí me cuesta creer que un músico cubano pueda haber escrito esto! ¡¿O será que la mano de Marion Sunshine estaba detrás de la estrategia de comunicación que lanzaba el entonces famoso Azpiazu?! Y esta otra perla que entonces se hizo “viral”, también, siendo replicada por muchísimos rotativos locales norteamericanos: “Sin que se nos ocurriera pensar que el manisero pudo haber sido un hombre casado y tener una familia, la aparición de su hija ha sorprendido a todo Broadway. Ella es Marianna, “La hija del manisero”, y Don Azpiazu, el que inició la locura original, la ha traído de Cuba. “¡Menuda sorpresa!”[29]
Entre tanto, lo del Gran Casino de Montecarlo fue un verdadero éxito así que Azpiazu y sus músicos deciden probar fuerza en la capital francesa, “Los músicos cubanos arribaban sin malicia; simplemente por aquello de “ver si tendrían aceptación” en la gran capital de público exigente y críticos implacables. Pero los representantes del Empire andaban ya en busca de Don Azpiazu.”-contó Alejo Carpentier en una de las crónicas que escribía entonces para la revista cubana Carteles. Debutarán en el teatro Empire, el célebre music-hall de la Avenue de Wagram, contratados para una breve temporada del 16 al 29 de septiembre.[30] El Empire es uno de los más exigentes y relumbrados escenarios parisinos. “La dirección del Empire hizo pintar un telón de fondo especialmente para nuestros músicos (…).Tuvimos una decoración con un auténtico bohío, unas palmas, una vega y, en segundo plano, una nueva edición de algún Pan de Matanzas copiado de una honrada fotografía. Cuando los músicos de Don Azpiazu aparecieron en escena, con sus lindas camisas de listado y sus pañuelos al cuello, la ficción se hizo realidad para nosotros. Nos creímos llevados a Cuba por algún prodigio insospechado.”[31]
Azpiazu con Gardel
Por fortuna, el éxito fue refrendado por Carpentier en sus notas, donde subraya que ningún crítico puso objeciones a aquella “nueva invasión cubana”[32], del mismo modo que el público no tuvo otra cosa que elogios para los músicos, en un París donde el tango reinaba con un arraigo que se resistía a cambiar. Y justo por eso, por la coincidencia allí en tiempo y espacio, Azpiazu, su orquesta y Marianna se enrolan en 1932 en una aventura argentina cuando toma parte en el rodaje del filme Espérame (presentado en La Habana con el título de Orquídeas negras), dirigido por el francés Louis J. Gasnier y guión de Alfredo LePera, nada menos que con Carlos Gardel en el rol protagónico, junto a la actriz argentina Goyita Herrera. El filme tuvo su estreno mundial en 1933 y en La Habana exactamente el 1 de marzo de ese año en el habanero teatro Fausto.[33]
El misterio sobre la ruptura de la orquesta
La orquesta con la que Don Azpiazu había salido de La Habana hacia Europa tuvo su final en ese viaje. La lista de pasajeros del vapor Reina del Pacífico indica que en el viaje iniciado en Liverpool el 13 de abril de 1933 con destino a Nueva York y La Habana, iba Don Azpiazu. Le acompaña Norberta Rodríguez Rivera, con quien se casa 3 años después, el 1 de octubre de 1936, en Estados Unidos, en el condado de Broward, Estados Unidos.[34] El Diario de la Marina, en su edición del 28 de abril de 1933 daba cuenta del arribo del músico a la capital cubana: “…Azpiazu, director de la orquesta que tan resonantes triunfos artísticos alcanzó en distintas capitales de Europa, pero que se ha visto obligado a disolverla, por las dificultades halladas por las leyes proteccionistas que rigen en el antiguo continente para la protección de los obreros nativos contra los extranjeros. Ya hubimos de ocuparnos detenidamente de las grandes dificultades que se le presentaron en Francia al grupo de músicos cubanos que estaban trabajando en cabarets y centros nocturnos, a los que se ha obligado a abandonar aquel país. También dimos cuenta de la intervención de la Secretaría de Estado y del Ministro de Cuba en Francia sobre este caso, y la cosa aparentemente se dio como solucionada, pero la llegada de Don Azpiazu aclara debidamente que lejos de haberse llegado a esa solución, el problema está cada día más latente y con mayor proporción. Dice Don Azpiazu que la música cubana, que es la predilecta en los principales clubes nocturnos de París, Bruselas, Londres y otras capitales, se está viendo desplazada a la fuerza, por la aplicación de las leyes proteccionistas. Al principio se exigió en Francia que por cada músico extranjero (los que estaban actuando con franco éxito eran cubanos) se pusieran a trabajar a 3 músicos franceses. Después la cifra fue aumentada de uno por siete, y las persecuciones hacían prácticamente imposible la vida de los músicos que de continuo eran conminados a abandonar el territorio nacional. En Bélgica e Inglaterra ocurrió lo propio, y en realidad, la parte artística, unos 40 ó 50 músicos cubanos, que trabajaban en Francia, se han visto obligados a salir del país y abandonar contratos de positiva utilidad.(…) El último caso es el de Rogelio Barba, que también ha sido conminado a ponerse en la frontera y abandonar sus contratos.”[35]
Justo «Don» Azpiazu. Foto publicada por el Diario de la Marina el 28 de abril de 1933, al reportar su regreso de Europa.
No está claro qué músicos regresaron con Azpiazu, pero gracias a una nota publicada en el mismo periódico 12 días después se sabe que Pedro Vía sí lo hizo.[36] Antobal y Marion Sunshine estuvieron en algún momento acompañando la gira europea de Don Azpiazu y su orquesta, pues el primero fungía como manager, pero ambos regresaron a Nueva York desde el puerto de Le Havre el 19 de octubre de 1932, es decir, mucho antes de que se decidiera el destino de la orquesta.[37]
Algunas fuentes señalan que Don Azpiazu y su orquesta hicieron una prolongada gira por varios países de Europa. Sin embargo, más allá de las presentaciones en Montecarlo, París y Londres -donde la Pathé filmara un memorable corto-, no hemos podido encontrar otros documentos que hablen de actuaciones en otros países europeos.
Corto filmado por Pathé a Don Azpiazu y su orquesta en Leicester Square Theater de Londres, en 1933. Canta Chiquito Socarrás. Julio Cueva en la trompeta.
A inicios de 1934, ya Azpiazu había armado de nuevo su orquesta, pero para el 10 de agosto se anuncia el debut en el teatro Nacional de su conjunto cubano integrado por 18 músicos, como “el primero que hizo bailar el son [la famosa rhumba] al Príncipe de Gales y al Duque de York” y adelantaba la primicia de nuevo repertorio, como los temas Amor ñáñigo, Hay hombres en Cuba y No me maltrates, entre otros.[38]
En 1935 actúa en el programa radial La Hora Crusellas, que se transmitía por onda corta y larga a través de la CMW y la COC. Lo presentan en el Diario de la Marina como “el introductor de la música cubana en el mundo entero”.[39] Avalado por su éxito en Europa, el 9 de septiembre de 1935 Don Azpiazu es recibido por al Presidente de la República, a quien presenta su proyecto de recorrer el mundo con su conjunto musical como reclamo propagandístico en favor del turismo a Cuba. Ante las dudas expresadas por algunos altos funcionarios sobre la viabilidad del proyecto, Azpiazu dirigió una carta-informe al director del Diario de la Marina, quien la publicó en la edición del 11 de junio de 1936, donde daba fe de las bondades de la iniciativa y de contar con apoyos de empresas extranjeras y nacionales, como Bacardí, United Fruit, Canadian Pacific Mailway, Dussaq, Grace Line y otras. El proyecto, a pesar de haber sido aprobado por la Comisión Nacional de Turismo, no llegó a realizarse.[40]
Según datos aportados por el hijo de Don Azpiazu -Raúl- (1923-2015) a Cristóbal Díaz Ayala, el músico regresó a Estados Unidos en 1937 y trabajó con la orquesta Casa Loma de Glen Gray. A partir del 20 de diciembre de 1938 se presenta con su orquesta en el hotel Sevilla Biltmore, inaugurando la temporada invernal. A principios de 1940 comenzó un programa radial en la CMQ, después estuvo en la RHC y en Radio Progreso. Estaba preparando nuevas producciones para radio y teatro, cuando le sobrevino un infarto, que le dejó severas secuelas y poco después moriría de otro similar, antes de cumplir los 50 años, el 20 de enero de 1943.
Antobal y Sunshine
Mientras Don Azpiazu triunfaba con su orquesta en Francia, Antobal no desperdicia la buena racha para la música cubana en Estados Unidos y a su regreso de París, arma la Orquesta Cubana de Antobal (Antobal’s Cuban Orchestra). Según medios de prensa norteamericanos, la NBC los presenta los días 5, 6, 12, 13 de diciembre de 1932 en un programa especial que es retransmitido también por las emisoras KDKA y WJZ. En su edición del día 13, The Brooklyn Daily Eagle anuncia que ese día, en el programa de la WJZ, Antobal estrenará The Ice Cream Man (El heladero), como “el sucesor del vendedor de maní”, sumándose ahora otras emisoras locales.[41] En medio de esta “renacer”, al día siguiente la Sunshine acusa públicamente a la empresa Richard Hudnut & Co, productora de Muscle Oil, una pócima cosmética, que, dice, ha dañado la lozanía de su rostro y lacerado su belleza. Le demanda por 100,000 dólares. Antobal, ni corto ni perezoso, declara que “los daños que el cosmético le provocó a Marion Sunshine son evidentes en un rostro que antes era radiante, por lo que, como líder y director de la orquesta donde ella canta, reclamo una indemnización por 20,000 por daños y perjuicios ocasionados a su servicio en la orquesta, y la atención médica correspondiente para que su rostro sea de nuevo besable”.[42]
La Sunshine en 1932.
Continúan sus presentaciones en radio durante el mes de diciembre y el día 29 la Antobal’s Cuban Orchestra graba para el sello Brunskwick cuatro temas, dos de ellos donde la Sunshine es autora: el consabido The Ice Cream Man y Is It Love, junto a Le Trois Coup (Moisés Simons) y Mulata likes the rhumba (La mulata rumbera) (Alejandro Rodríguez). Los cantantes son Antonio Machín y Robert Burke. De la orquesta no se tienen más noticias hasta 1936, cuando figura en el programa inaugural del club que la afamada Josephine Baker abría, al más puro estilo parisino, Chez Josephine, el 28 de febrero de ese año, en la East 54th St. de Nueva York, en una edificación que había pertenecido a la millonaria Barbara Hutton. El Daily News reseñaba la velada de apertura subrayando la participación de la propia Baker bailando junto a “dos jóvenes blancos, uno de ellos es Willem, el hijo del escritor Hendrick Van Loon. El programa incluye danzas por Helen Gray y los Mellizos Rocky, y las orquestas de Ray Benson y Antobal.”[43] Ya para entonces, Madame Platanitos había sido seducida por la rhumba (el son cubano) que había conocido en París, y concretamente, El Manisero, directamente de las manos de su creador Moisés Simons.
Entre 1936 y 1938, Antobal con su orquesta grabó cerca de 30 canciones para los sellos Brunskwick y Columbia, teniendo a los mejores cantantes que podían encontrarse para la música cubana por aquellos tiempos en Nueva York, como los cubanos Daniel Sánchez, Alfredito Valdés y Panchito Riset –que había llegado allí en 1933 enrolado en los proyectos musicales de Antobal-, el puertorriqueño Johnny Rodríguez y los norteamericanos Robert Burke y Chick Bullock, y otros. La gran mayoría de los temas grabados eran de la autoría de Marion Sunshine, siempre dentro del imaginario de lo cubano en su singular percepción (Hot Tamales, The Moon Over Cuba, The Cuban in Me, Tierra Tropical) o adaptaciones realizadas por ella a las letras de sones y guarachas originales cubanos (Havana’s Calling Me, que era La Conga de Eliseo Grenet; El maraquero y Viene la conga, ambas también de Grenet; Cuban Belle, que es Negra Quirina, de Moisés Simons, Whoa, Nellie, Whoa!, que es Onelibó, de Alfredito Valdés, etc.).
Muy ciertamente, Cristóbal Díaz Ayala señala: “La orquesta [de Antobal] siguió la misma trayectoria que había seguido la de Don Azpiazu: mientras el primer número que tuvo éxito de esta orquesta era un son lento cantado por Machín, El Manisero, las grabaciones posteriores introducen cantantes en inglés, o se hace que Machín cante en inglés; los números son muchas veces mixtos de música cubana con el fox-trot en boga en aquellos momentos, o sea, empiezan como son y terminan como fox, o viceversa. El propósito era evidente: crear una banda, un estilo, que interesara al público norteamericano. Pero ni Azpiazu, ni Antobal, lograron encontrar la fórmula perfecta de los dos ingredientes, música latina y sajona, capaz de interesar a los sajones. Eso lo lograría Xavier Cugat.”[44]
Epílogo
A partir del éxito de El Manisero y del accionar en torno a la música cubana, Marion Sunshine y su esposo Antobal inauguraron una editora musical (publishing), como modelo de negocio, que le resultaría muy fructífera, pues la norteamericana se encargaba de traducir al inglés canciones populares cubanos, susceptibles de gustar al público norteamericano. Con ello Marion se aseguraba un porcentaje de los royalties por concepto de derechos autorales, al ser reconocida su condición de letrista o autora del texto de la canción, sumado eso a su prolífica actividad como compositora y la edición en Estados Unidos de canciones del repertorio cubano. Las bases de datos de las entidades de derechos de autor, recogen 184 obras musicales en las que Marion Sunshine aparece involucrada, como compositora o traductora-letrista.[45] Tanto Antobal como Sunshine supieron rentabilizar, dentro de la industria de la música, la locura de la rhumba y la conga de los años 30 y 40 en Estados Unidos, país donde Antobal residió la mayor parte de su vida y donde siempre la música cubana fue el centro de su actividad profesional. En 1945 consigue que ASCAP, entidad de gestión de derechos de autor, reconozca oficialmente a la Antobal Music Corporation, su exitosa editora musical, como una de las destacadas en el mundo del publishing en ese país.[46]
En 1959, el nombre de Antobal volvería a la palestra musical con la publicación de una serie de álbumes por la Antobal’s Cuban All Stars, una orquesta armada solo para la ocasión, verdadera constelación de estrellas cada una en su instrumento, dirigidas por Obdulio Morales y con un repertorio con el que pretendían –y probablemente lo lograron- volver a incidir en el gusto de un sector del público norteamericano. Grabados en La Habana, coordinados por Justico Antobal, se trata de cinco de los discos más notables protagonizados por orquestas jazz bands con repertorio y músicos cubanos. Tres de estos discos se publicaron bajo el sello norteamericano Felsted: los LP: Agua, agua!, Mango mangüé, Día de Reyes. Poco después, en 1960, dos discos Ay Caramba y Pachanga and Other Latin Favorites, salen bajo los sellos Brunswick y London, respectivamente.
Mary Tunstal Ijames, la Ziegfeld’s Girl, La Dama Mamba, Mary Azpiazu, The Rhumba Lady o Marion Sunshine murió el 25 de enero de 1963, en el hospital St. Vicent, de Nueva York, a los 68 años de edad y fue sepultada en el Gate of Heaven Cemetery, en el Bronx, Nueva York.[47] Miembro por más de 30 años de la Asociación Americana de Compositores, Autores y Editores (ASCAP), la noticia de su muerte fue reflejada por numerosos medios de prensa a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Su esposo Eusebio Santiago Azpiazu Pradera le sobrevivió poco más de tres años: moriría el 24 de octubre 1966 también en Estados Unidos. Había nacido el 6 de abril de 1891.[48] Antobal y Marion Sunshine no tuvieron hijos comunes. Ninguno de los hijos de Antobal en su primer matrimonio siguió el llamado de la música. Solo Laura-May Azpiazu Howley, hija de Antobal con la cantante norteamericana May McKim, continuó los pasos de su padre y su madrastra Marion Sunshine, como compositora.[49]
Más allá de ser recordada como una de las mujeres vanguardistas en su época, de aquellas que pasaron por encima de costumbres y tabúes, inspiración en las conquistas feministas, dos hechos se mencionaron repetidamente en los obituarios de Marion Sunshine para sintetizar su importancia en la cultura norteamericana: formó parte del elenco de las primeras Ziegfiled’s Girls y escribió la letra en inglés de El Manisero, pero los cubanos sabemos que, en relación con nuestra música, hizo más.
© 2021.Rosa Marquetti Torres
Agradecimientos especiales a Jaime Jaramillo.
NOTAS
[1] Kentucky Irish American (Louisville, KY) Sat. Apr 5, 1902. Page 3 y Star Tribune (Minneapolis, MN) Sun. Oct 2, 1921. Page 13
[2] Citado de: https://www.femmecentric.com/trans-sister-sisters-tempest-sunshine
[3] Local and personal. En The Washington Sentinel. 25 de abril de 1854. Pag. 3
[4] The Boston Globe. Boston, Massachusetts. 3 de noviembre de 1912. Pag. 60 y The New York Times. 17 de noviembre de 1912. Pag. 79
[5] https://www.ibdb.com/broadway-production/ziegfeld-follies-of-1907-6349#OpeningNightCast
[6] Véase perfil de Marion Sunshine en www.imdb.com (International Movie Data Base)
[7] The Theater 25 Years Ago. En The Philadelphia Inquirer. 1 de diciembre de 1940. Pag. 10.
[8] En https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/en/azpiazu-eusebio/ar-149378/ de la Fundación Bernando Estornés Lasa.
[9] The Baltimore Sun. Baltimore, Maryland. 14 de marzo de 1917. Pag. 1. Wisconsin State Journal. Madiscn, Wisconsin. 6 de abril de 1917. Pag. 5. The Ogden Standard. Utah, 26 de mayo de 1917. Pag. 20.
[10] The Sun. New York. 9 de diciembre de 1917. Pag. 5.
[11] The Miami Herald, 13 de julio de 1918. Pag. 1
[12] Robbed of $245,932 , Says Gen. Menocal. En The New York Times. New York, USA. 29 de junio de 1924. Pp. 60 y 61.
[13] https://adp.library.ucsb.edu/index.php/matrix/detail/2000217704/10997-10999-Voodoo. Tomado de: Ross Laird’s «Brunswick Records: A discography of recordings, 1916-1931» (Greenwood Press, 2001) El disco, sin embargo, indica como autores «Hegamin-Hammed»y el género, «comedia».
[14] Cristóbal Díaz Ayala: Cuba canta y baila. Enciclopedia Discográfica de la Música Cubana/Don Azpiazu and His Havana Casino Orchestra.
[15] Daily News. New York. 14 y 20 de abril de 1930
[16] Lista de pasajeros del vapor Pastores fechada en La Habana el 10 de abril de 1930. Consultada en www. ancestry.com
[17] Trans-sister sisters: Tempest, Sunshine and the Ziegfeld. Follies. En:
https://www.femmecentric.com/trans-sister-sisters-tempest-sunshine
[18] The Brooklyn Daily Eagle. New York. 29 de junio de 19e0. Pag. 25.
[19] Fort Worth Star-Telegram. Fort Worth, Texas. 10 de junio de 1930. Anuncio en página 7.
[20] Véase: Discography of American Historical Recordings en https://adp.library.ucsb.edu/index.php/matrix/detail/800031721/BVE-62152-The_peanut_vendor
[21] The Cincinnati Enquirer. Cincinnati, Ohio. 24 de julio de 1930. Pag.
[22] El cabaret Armenonville fue inaugurado en La Habana el 5 de diciembre de 1929. Estaba situado en 5ta. Avenida y calle 36, en la zona residencial de Miramar. Al parecer, intentaba replicar el ambiente del famoso sitio del mismo nombre en Buenos Aires. El anuncio de su inauguración, publicado en el Diario de la Marina el 3 de diciembre de 1929, señala que actuará la Orquesta Típica Argentina dirigída por Lucio Dimare, alternando con una jazz band.
[23] The Brooklyn Daily Eagle. Brooklyn, New York. 26 de marzo de 1931. Pag. 23.
[24] Daily News. New York. 3 de abril de 1931. Pag. Bkl. Sec. 24
[25] DAHR Discography of American Historical Recordings. En: https://adp.library.ucsb.edu/index.php/matrix/detail/2000213410/W404419-The_peanut_vendor
[26] Los nombres de los músicos han sido tomados de la lista de pasajeros del buque Calamares, en el viaje iniciado Habana-Nueva York el 16 de junio de 1932. Han sido contrastados con: Boulanger, Alain; La Havane à Paris. Musiciens cubains à Paris (1925-1955) Jazz Edit. 2018. París, Véase también: Barbara Stanwick y Don Aspiazu en el Campoamor. En Diario de la Marina, 8 de junio de 1932. Pag. 14 y 16 de junio de 1932. Pag. 5. En el caso de Pedro Tellería, aunque Alain Boulanger lo sitúa como percusionista, en su paso por la orquesta Cuba, de la que existen fotografías, se le ve tocando el banjo, instrumento que además estaba presente en la formación de Don Azpiazu.
[27] La fecha la aporta Alain Boulanger en su obra citada.
[28] New York Letters. En The Brownsville Herald, Brownsville, Texas. 14 de agosto de 1932. Pag. 8.
[29] The Daily Record (Long Branch, New Jersey). 20 de junio de 1932. Pag 6.
[30] Boulanger, Alain: Op. cit. Pag. 134.
[31] Alejo Carpentier: Carteles, La Habana, 18 (47): 16, 66, 20 de noviembre de 1932.
[32] Probablemente ésta le recordara la invasión que se inició con la llegada de Rita Montaner, Sindo y Guarionex Garay
[33] Diario de la Marina. 23 de febrero de 1933. Pag.6
[34] Datos tomados de los registros civiles consultados en www.ancestry.com
[35] Puerto. El Reina del Pacífico. La protección del obrero en Europa. En Diario de la Marina, 28 de abril de 1933. Pag. 7
[36] Sección Matanceras. La última nota. En Diario de la Marina, 10 de mayo de 1933. Pag. 7
[37] Lista de pasajeros del vapor De Grasse, que arribó al puerto de Nueva York el 28 de octubre de 1932. Consultado en www.ancestry.com
[38] Películas y show el viernes, en el Nacional. En Diario de la Marina, 8 de agosto de 1934. Pag. 6.
[39] Anuncio en el Diario de la Marina, 24 de marzo de 1935. Pag. 17
[40] Sobre turismo. En Diario de la Marina, 11 de junio de 1936. Pag. 12
[41] Today’s Radio Program. En The Brooklyn Daily Eagle. New York. USA.13 de diciembre de 1932. Pag. 22
[42] Sunshine Girl, Smile Darkened, Wants $100,000. En Daily News. New York. USA. 14 de diciembre de 1932. Pag. 44
[43] New Josephine Baker Club Opens…. En Daily News. New York. 29 de febrero de 1936. Pag. 23.
[44] Díaz Ayala, Cristóbal: Cuba canta y baila. Enciclopedia Discográfica de la Música Cubana. Consultado online. (Antobal’s Cubans)
[45] Véanse www.sgae.es y www.ascap.com
[46] 11 Songwriters, Pub Elected by ASCAP. En Billboard, 14 de julio de 1945. Pag. 18.
[47] The Los Angeles Times (Los Angeles, California) · Sun, Jan 27, 1963 · Page 31 y Hartford Courant (Hartford, Connecticut) · Sun, Jan 27, 1963 · Page 12 (Obituarios)
[48] Daily News. New York. USA. 26 de octubre de 1966 Pag. 67. (Obituario)
[49] Howley Songwriter. En Honolulu Star-Bulletin (Honolulu, Hawaii) · 21 Feb 1991, Thu · Page 36
6 Comentarios
humberto
muy bueno, como siempre. menuda historia con tantas conexiones. gracias, Rosa.
Rosa Marquetti Torres
Muchas gracias, Mandu. Tengo la sensación que queda aún mucho por escribir sobre esta historia. Por ejemplo, la presencia de Don Azpiazu y su orquesta con la bailarina Marianna (Alicia Parlá) en la película con Carlos Gardel, da la medida del impacto de El Manisero y el son cubano en Francia en ese momento y ahí hay cosas que valdría la pena encontrar y enfatizar.
Sixto Valón
Una investigación de sólidos quilates .
Rosa Marquetti Torres
Muchísimas gracias, Sixto querido. Por tu conocimiento de la música cubana, siento que he pasado la prueba!!
Carlos Julio Álvarez Padilla
Brillante como siempre Rosa!!!
Muchas gracias por su labor.
Omar Gómez
Muy muy bueno como ubica cada detalle. Maravilloso!